
¿Quién soy?
Tengo el recuerdo de ser pequeña, ir andando en mi bici y, con esa brisa fresca que llegaba a mi cara, sentir la verdad adentro mío, tan clara y certera, de que era posible vivir del amor. Aún recuerdo ese momento en el que la sensación de esa verdad absoluta llegó a mi corazón, pero inmediatamente también sentí que no podía decirle a nadie, me tomarían por loca. Que solo yo podía pensarlo, para mis adentros, pero no me atrevería a decirlo nunca.
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Como un mundo utópico que quizá en otra dimensión paralela si existía o que en este mundo algún día existiría, aún que inalcanzable, yo sabía que se podía, que se puede vivir del amor. Recuerdo que me puse contenta y a la vez intranquila de no poder decírselo a nadie, no poder expresar, tener que callarlo.
Crecí ocultando ese sentir que seguía latente en lo más profundo de mi corazón, como un secreto. Y, a medida que fui dejando la niñez y con ella, esa certeza de un mundo posible de Amor, mi inocencia se fue corrompiendo, viendo cómo esa misma ley que yo tenía no se cumplía afuera en el mundo. Así, me fui creyendo la película de este sistema, que bien diseñado está, aplaca las ilusiones de todos los niños y niñas, que recordamos desde nuestra pureza cómo se debe vivir realmente.
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Deje de sentir que podía estar segura solo con el Amor y que debía ocultar aún más esa verdad, protegiéndome de un mundo muy cruel.
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Cerca de mis 20 años, luego de haber alejado y distorsionado mucho esta esencia natural que vivía en mi corazón, llegó el momento de reconectar. Rescatar, esa verdad de mi Ser, la que mi niña interna seguía manteniendo viva, esa verdad de vivir desde el Amor, con el Amor, a través del Amor y para el Amor.
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Reconectar con la devoción al espíritu, a la divinidad. Desde ese momento en el que reconecté, todo comenzó a dar un giro rotundo donde se presentaron innumerables desafíos que pondrían a prueba esta decisión para ver si era verdadera. Una decisión que implicaba dejar atrás una personalidad, una piel, una forma de ser, una vida, para ser fiel a esta verdad, que permanecía inmortal desde muy chica hasta hoy en día.
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Ser fiel a mi verdad significó muchas veces animarme a tomar riesgos, a tomar caminos que no eran absolutamente para nada los esperados socialmente, dar un vuelco a mi vida y cambiar el rumbo. Ese rumbo planificado, estipulado, sistemático, que te presentan casi sin elección. Claramente eso hace del camino uno con muchas dudas, inseguridades, adversidades y dificultades, pero hoy estoy segura de que es lo mejor que pude haber hecho y agradezco a la osadía de haberme lanzado. Salirme del camino seguro y subirme a la montaña rusa de crear el mío propio, con esta verdad como base y bandera.




Hoy a mis 30 años, luego de 10 años de despertar y reactivar mi verdad interna, manifiesto este espacio virtual y abro al mundo mi pasión. Con seguridad, gratitud y alegría, comparto mi vocación al servicio, a ser un canal.
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Para acercar y facilitar así la información, la sanación, la claridad, la purificación, la paz, a toda persona que esté en la búsqueda. Y así seguir alineando mi espíritu también en el proceso.
Cada consultante es una oportunidad para traer más Luz a mi vida, es un beneficio mutuo y por eso estoy súper agradecida.
Pongo este canal al servicio para contribuir a un mundo de evolución y que el día de mañana esa niña o niño que siente la pureza en su corazón de vivir del Amor y manifestarlo abiertamente, no sienta miedo, de no poder mostrarlo, de tener que inhabilitarlo porque es peligroso. Que sienta la libertad y confianza pura de que este planeta tierra es el mejor lugar en el que podría estar para manifestarlo. Que sea Amor, que no se límite, que los próximos niños y niñas puedan SER. En un mundo mejor.
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...Estefanía.
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“ Desde el primer momento que te encuentras con Fanny,
su mirada y su sonrisa solitas son regalos que sanan.
Sus terapias te ayudan a trasmutar la energía, a veces cosas de la cuales ni consciente estás,
¡allí sale todo! Se siente como un ritual de sanación, hecho con mucho amor y compasión.
Me han hecho bastantes terapias y masajes en mi vida, pero nadie como Estefanía la verdad.
¡¡Gracias hermana!! Por ser una fuente inagotable de sanación. ”
Carolina Sandoval - México
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“ Fani, estoy eternamente agradecida por haber tenido la oportunidad
de ser bendecida al conocerte y recibir un masaje espiritual tuyo.
Tu regalo es exactamente lo que tanto se necesita en este mundo. Muchas gracias.
No puedo esperar a encontrarte de nuevo un día y
ser testigo de la presencia de tu hermoso espíritu una vez más.
Que el universo sólo te traiga cosas buenas. Eres realmente mágica.”
Cher J. - Alemania